martes, 14 de octubre de 2008

Reflexión sobre la "Aguja Hipodermica" - Renata Eva Stella

Todos queremos/creemos estar fuera de la inyección de información diaria y constante que los grandes medios hacen sobre nosotros.
Bah, no se si todos. Yo por lo menos, y la gente con la que intento rodearme, creemos/queremos (no se porque pero no puedo decidirme entre una de las 2 palabras) estar fuera. Decimos que pensamos por nosotros mismos. Leemos la teoría de la “Aguja Hipodérmica” y pensamos que nosotros no caemos en esa bolsa de información calculada. Pensamos que podemos ver por fuera, que zafamos. Que no le creemos a Clarín ni a TN. Que buscamos nuestra propia versión de la realidad en espacios alternativos. No compramos la Nación… pero compramos Crítica o Página 12 pensándolos como medios “alternativos”. ¿Cuán alternativos son realmente? Página es ultra oficialista y de Crítica se dice por ahí que los banca Macri.
Hace unos meses, alguien apareció con una remera que tenía la bandera norteamericana en brillante. Me dio asco. Y bronca. Y se lo dije. Y le dije “lo que mas bronca me da es que nunca usarías una remera con la bandera argentina” pero tendría que haberle dicho que nunca usaría una remera con una bandera de cualquier país. No hay remeras con la bandera de Turquía o de Paraguay.
Pero, reflexionando sobre esto digo: no quiero ser hipócrita, yo me enojé con el pibe de la remera, pero la verdad es que consumo televisión de ficción norteamericana todos los días. Y me encanta. Más que cualquier otra que haya visto. Asimismo el cine. Y cada tanto hablo con algún término en inglés (pero lo peor es que me miento a mi misma pensando que cuando hablo en inglés es porque lo que quiero decir no lo puedo decir en castellano). Es difícil. Pero me parece igual que es parte de otra discusión. Volviendo a lo que nos convoca en esta ocación y respondiéndole a Eduardo Blaustein en su parte 1:
No. No deberíamos reírnos tanto de la aguja. No deberíamos estar tan confiados de que no nos va a pinchar. Debemos permanecer atentos. Y yo ya no me compro más la mentira del “independiente”. Al que no le pasa. El que no se ve influído por este tipo de cosas. Ya no le creo. Le creo a mi mamá que escucha a Dady Brieva porque “es un tipo común, como yo”. Y lee Clarín sólo los domingos por costumbre. Aunque yo nunca lea Clarín y no me banque a Dady Brieva.

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